lunes, 6 de abril de 2015

Sí estás embarazada cuidate este verano.


 
¡Estar embarazada en verano es magnífico! El día es más largo y luminoso, apetece más pasear y tenemos vacaciones. Pero puede tener también pequeños inconvenientes: se tolera menos el calor y somos más susceptibles a la deshidratación, a las quemaduras solares y a otros problemas típicos de la estación.

Aquí te dejo una serie de consejos que pueden ayudarte a disfrutar más del verano y del embarazo.

Hidrátate a todas horas
El embarazo requiere de un mayor aporte de líquidos y en verano se necesitan aún más.  Bebe al menos 2 litros de agua cada día, no te fíes solo de tu sensación de sed. Beber mucho te ayudará a combatir el estreñimiento y las infecciones de orina y hará que tus riñones funcionen mejor reduciendo la retención de líquidos. Puedes tomar también infusiones y zumos naturales, pero recuerda que algunos refrescos pueden aportarte muchas más calorías de las que necesitas y que no se recomienda tomar más de tres bebidas con cafeína (o teína) al día y nada de alcohol.
Viste ligero y cómodo
La comodidad no está reñida con la elegancia ni con el glamour. Procura elegir telas y prendas ligeras y claras, que no se peguen a la piel y usa zapatos cómodos y frescos.
Come para dos, no por dos
Tu dieta ha de ser sana y equilibrada, ligera y frecuente. Siempre debería ser así, pero ahora has de esmerarte aún más en que tu menú sea variado, rico en frutas y verduras y escaso en sal, fritos y picantes.
Mantente activa

Realizar un deporte suave te ayudará a mantenerte activa y ágil. Camina en horas de poco calor, y practica deporte regularmente. No dejes tus actividades habituales: adáptalas, y si no hacías ninguna, es el mejor momento para iniciarse aprovechando prácticas recomendadas durante el embarazo como yoga, pilates, tai-chi, la natación o los paseos. El ejercicio te aportará más energía y te ayudará a descansar mejor.
Refréscate
En verano sudarás más, date las duchas que consideres necesarias, mejor si son con agua tibia. Además de relajarte, te refrescarás y mejorará la circulación de tus piernas. También puedes bañarte las veces que desees en el mar o en la piscina si no hay ningún riesgo añadido en el embarazo. Rociarte con sprays de agua termal y usar máscaras y cosméticos fríos puede ayudarte a sentirte más fresca.
Cuida tu piel y tus piernas
El embarazo hace que nuestra piel sea mucho más sensible al sol y a la deshidratación. Mantenla siempre hidratada y fresca y no escatimes en hidratantes ni en protección solar. Puedes usar algunos cosméticos para aliviar la sensación de piernas cansadas, pero no olvides ponerlas en alto siempre que puedas y masajearlas de abajo arriba para mejorar la circulación.
Aprovecha las sombras
Aprovecha para salir en las horas frescas, como las primeras horas de la mañana o el atardecer,  y evítalo en los momentos de más calor. En la playa y en la piscina, permanece a la sombra y usa sombrero: como el embarazo te hace mucho más sensible al sol y al calor, tienes más riesgo de quemaduras y de aparición de manchas. En casa, abre las ventanas en las horas frescas y echa las cortinas para evitar el Sol en las horas de más calor. Usa el ventilador o el aire acondicionado, pero procura  no bajarlo de 24º C.
Descansa bien
El calor provoca sopor y obliga a disminuir la actividad, algo que ya ocurre de por sí en el embarazo. Echa la siesta y descansa siempre que te sientas fatigada. Pero no sólo necesitarás dormir más, también has de saber relajarte. La relajación es clave para sentirse bien en todo momento, pero sobre todo en el embarazo. Aprende a hacer ejercicios de respiración y practica cada noche. Y tómate todo con mucha calma. .
Viaja con prudencia
Aunque un embarazo normal no supone un impedimento para viajar, es recomendable que tomes una serie de precauciones como elegir un destino que disponga de garantías sanitarias y llevar toda la información del embarazo encima por si la necesitases.
  • Viajar en avión comercial no supone ningún riesgo y por lo general no hay restricciones por parte de las compañías aéreas hasta las 30 semanas de gestación. En embarazos más avanzados la compañía suele exigir un certificado médico y la firma de un documento que le exima de responsabilidades si surgiera algún problema durante el vuelo. Si realizas un viaje largo se recomienda ejercitar las piernas cada hora para disminuir el riesgo de trombosis venosa. El cinturón de seguridad debe colocarse por debajo del vientre, sobre las caderas. Que no te asusten los detectores de metales que se usan en los aeropuertos: son inocuos.
  • El automóvil suele ser la mejor opción para los trayectos cortos, sobre todo si lo lleva otra persona. Se recomienda parar cada dos horas como mínimo para estirar las piernas, ir al lavabo y caminar durante diez minutos. Es obligatorio utilizar el cinturón de seguridad todo el trayecto. La cinta inferior debe colocarse por debajo del vientre, mientras que la parte superior del cinturón debe colocarse entre los pechos, cruzando uno de los hombros.
  • El tren es el medio de transporte más seguro y cómodo para la embarazada, ya que puede levantarse y cambiar de posición con comodidad. Si el viaje es largo no es muy aconsejable ir en autobús porque el espacio es limitado y algunos no suelen tener baño. El barco tampoco suele recomendarse, sobre todo si la embarazada sufre de nauseas o se marea en los viajes.
  • Si viajas a un país exótico, asegúrate de que el viaje, la estancia y la asistencia sanitaria ofrezcan unas garantías aceptables. Recuerda que algunas vacunas necesarias para viajar a ciertas áreas, como la de la fiebre amarilla, no se pueden poner durante la gestación.

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